Cada día aumenta el interés y la preocupación del público en general por los temas relacionados con el pelo, ya que afecciones como alopecia, seborrea, hirsutismo y acné están relacionados directamente con su buen o mal funcionamiento. Por lo tanto comprender su normal funcionamiento es indispensable para el correcto tratamiento de estas y otras afecciones relacionadas con el folículo piloso.
Toda la superficie cutánea está cubierta por finísimos vellos o por gruesos pelos terminales a excepción de palmas, plantas y de las semimucosas oral y genital. El pelo nace a partir de invaginaciones epiteliales llamadas «folículo piloso» en los que desembocan las glándulas sebáceas y donde se insertan los músculos erectores, todo ello forma un órgano muy vascularizado e inervado que se denomina «folículo pilosebáceo».
HISTOLOGIA
El pelo comienza su desarrollo durante el tercer mes de gestación. Al principio sólo es un agrupamiento de células de la capa basal epidérmica, llamado «germen piloso», éste va tomando forma de columna y penetrando en la dermis a la vez que en su polo inferior va adoptando forma cóncava.
Le sigue la «etapa de diferenciación» donde se forma el canal del pelo en su interior y la vaina epitelial en su exterior. A la vez en su porción distal se engloban las células de la papila folicular, formándose la matriz.
Posteriormente las células indiferenciadas se multiplican y se diferencian dando lugar al pelo (corteza y epidermícula) y a la vaina epitelial interna.
En el tercer mes de desarrollo embrionario, las células que se encuentran en el polo superior del folículo se multiplican y forman la glándula sebácea, hacía el quinto mes la glándula sudorípara apocrina. La formación de folículos es diferente según la localización, así, alrededor de los tres meses de vida embrionaria observamos folícúlos pilosos primordiales en cejas, labio superior y mejillas, algo más tarde en región frontal y cuero cabelludo, posteriormente por el resto del cuerpo.
En el adulto, los folículos pilosos forman grupos, de los que el más característico es el grupo de tres. No hay destrucción de folículos durante el desarrollo posnatal, sino únicamente una disminución de la densidad real al ir en aumento la superficie corporal. Tampoco se desarrollan folículos nuevos en la piel adulta.
Si practicamos un corte de forma vertical del folículo piloso observamos varias zonas bien diferenciadas:
—El bulbo en su extremo inferior, diferenciándose en el la matriz y la papila.
La papila atrapada en el interior del bulbo tiene un aspecto similar al de la llama de una vela. En folículos grandes la papila es fina y larga constituida por células y gran cantidad de sustancia intercelular, en los folículos largos las papilas son grandes y achatadas.
La matriz es diez veces al de la papila, está formada por células indiferenciadas con gran capacidad de división y ordenadas en capas formando el bulbo piloso, conforme van ascendiendo estas células se van diferenciando y originan las diferentes capas que constituyen el folículo piloso. Por lo tanto el pelo se va a originar a nivel de la matriz germinativa de células pluripotenciales.
Entre las células de la matriz están los melanocitos que son los encargados de la producción de melanina responsable de la coloración del pelo.
—El pelo tiene una porción interna llamada «raíz» y otra externa o «tallo». De dentro a fuera consta de médula, corteza y cutícula. La médula del pelo es inconstante y difícil de distinguir ya que está parcialmente queratinizada. La corteza consta de células que se ha ido queratinizando durante el crecimiento ascendente a partir de la matriz, llenándose de queratina y perdiendo núcleos. La cutícula del pelo o capa más externa consta de células superpuestas a modo de tejas hacia arriba y estrechamente unidas, sieñdo las únicas que no contienen melanina.
—La vaina interna formada por tres capas: la cutícula de la vaina, la capa de Huxley y la capa de Henle, que a partir de ésta se van endureciendo progresivamente todas ellas.
—La vaina epitelial externa representa la extensión hacia debajo de la epidermis, su grosor suele variar según el tipo de pelo. En su parte superior por encima de la glándula sebácea, es el canal piloso que llega a la superficie siendo de características igual a la epidermis, sus células que tienen muchas vacuolas repletas de glucógeno y mucopolisacáridos que servirán de almacén energético durante la fase anágena.
FUNCION Y CARACTERISTICAS
El pelo es una estructura característica de los mamíferos, ejerciendo importantes funciones para éstos, sirve de protección frente a los traumas físicos (frío, radiaciones solares, etc.) y su función termorreguladora mantiene la temperatura corporal.
En el hombre tan sólo ha quedado como residuo la posibilidad de erección del pelo frente al frío, con lo que se conoce como «piel de gallina».
Actualmente la función estética y de carácter sexual son las más relevantes, ya que tanto su color, cantidad y aspecto general, constituyen un factor importante en las relaciones interpersonales, variando los gustos según época y grupos sociales.
Las características morfológicas del pelo (color, longitud, cantidad, aspecto, etc.) varía de un individuo a otro y según la localización corporal. Los pelos pueden ser retorcidos, rígidos, blandos, largos, cortos, gruesos, finos, rizados, coloreados o blancos. Aún en la misma región pueden existir pelos de diferente longitud, estructura y color.
Se conocen tres tipos fundamentales de pelo: el lanugo, primer pelo, es fino y con menos de 2 cm, cae hacia el octavo més de vida intrauterina y es reemplazado por el vello, estos son blandos, poco o nada pigmentados y cortos. El vello es progresivamente reemplazado por el pelo terminal, más grueso, bien pigmentado y largo, con características propias según la región corporal (pubis, axila, barba, tronco, etc.).
—El color del pelo viene determinado genéticamente y se incluyen en el fenotipo racial, es decir color de ojos y piel. La coloración del pelo depende de los dos tipos de melafinas; las eumelaninas darán el color negro y castaño, las feomelaninas los tonos rubios, existiendo una gran gama de tonos entre ellos, dependiendo siempre de la forma, número y disposición de los granulos de melanina en la corteza del pelo. Las canas se deben a la pérdida de melanina por disminuir la actividad de los melanocitos, no su número, siendo éste un proceso fisiológico de envejecimiento. La edad de aparición es muy variable y está relacionado con el factor hereditario.
—El aspecto del pelo terminal, rizado o liso también viene determinado genéricamente según la raza y la zona corporal. Los factores responsables del rizado no son bien conocidos, parece deberse a la desviación del bulbo piloso y su asimétrica queratinización.
—El tamaño del pelo sufre variaciones significativas a lo largo de la vida según edad, sexo, raza, zona corporal, estado nutritivo, etc.
—La elasticidad es una de las características más importantes del pelo, lo que indica que puede variar su forma, longitud y diámetro según las fuerzas deformantes externas que actúen sobre él. La humedad aumenta su elasticidad, la temperatura y el uso de productos químicos (decoloración y permanente) la disminuyen, teniendo como resultado un pelo frágil y quebradizo. Una característica también interesante es el «potencial de electricidad» es decir, el estado de excitación que se produce con una fricción, este es variable según edad y características personales. Actualmente con el uso de cremas y champús «acondicionadores» se consigue en parte anular esta propiedad.
CICLOS Y FACTORES DE REGULACION
La actividad del folículo piloso es cíclica. Se suceden regularmente períodos de crecimiento activo o anágena con una duración aproximada de tres años, con una fase de descanso o telógena de unos tres meses, estando separadas por una fase intermedia llamada catágena.
—En la fase anágena hay un aumento de actividad mitótica y formación de un nuevo pelo, las células de la matriz se multiplican, cubren la papila y forman el bulbo del nuevo pelo.
—Le sigue la fase en catágeno, donde cesan las mitosis, ensanchándos el extremo proximal «pelo en clava» que se desplaza hacia arriba hasta el músculo erector, el bulbo y la papila involucionan separándose ambas y entrando en la siguiente fase. Es de unas tres semanas de duración.
—La fase telógena o de repos donde los cabellos se queratinizan completamente y al final de ella los pelos caen por estar empujados por un nuevo pelo en anágeno que comienza su ciclo. Su duración media es de tres meses.
La duración cronológica del ciclo piloso varía en las distinta regiones del cuerpo según el individuo, edad y sexo.
En el crecimiento y desarrollo del pelo actúan factores genético endocrinos, metabólicos y mecanicos. Factores genéticos
La longitud máxima de los cabellos viene determinada por los caracteres raciales y familiares. Los asiáticos son los que tienen los cabellos más largos y la alopecia congénita va ligada al genotipo BB de Snyder tanto en hombres como en mujeres.
Factores endocrinos
La principal hormona implicada en el crecimiento del pelo es la testosterona sintetizada por el testículo, la suprarrenal y el ovario, es transportada en forma libre o ligada a una proteína y metabolizada rápidamente a nivel de sus órganos sensibles, especialmente el folículo piloso.
Otros esteroides como la dehidroepiandrosterona y la androstenodiona tienen un papel importante en el desarrollo de la pubertad pilosa en la mujer, así como en ciertos estados de virilismo.
La tiroxina actúa estimulando la actividad folicular.
Los estrógenos actúan indirectamente sobre el metabolismo de los andrógenos, aumentando la tasa de proteínas portadoras de andrógenos y disminuendo así el índice de crecimiento capilar. La actividad de la progesterona y de los progestágenos es evidente si se considera el aumento de cabello en el curso del embarazo.
Las hormonas hipofisarias actúan, sea directamente como la hormona de crecimiento, sea indirectamente por medio de los esteroides como el ACTH, en el crecimiento y mantenimiento de las estructuras pilosas. La ACTH aumenta la secreción de andrógenos.
Otras hormonas como la paratiroidea y las tiroideas también se ven frecuentemente asociadas a transtornos pilosos.
Factores metabólicos
Cuando la síntesis protéica se ve reducida en todo el organismo, es lógico suponer que un órgano con notable actividad como el folículo piloso constituirá un sensible indicador de tal déficit. Se han observado alteraciones de tamaño, color y velocidad de crecimiento piloso en diferentes afecciones metabólicas o en dietas inadecuadas de bajo contenido protéico.
Los aminoácidos azufrados (cistina, cisteína, metiónina) son indispensables para el crecimiento de los cabellos. También son indispensables ciertos ácidos grasos como el linoleico, linolénico y araquidónico.
Metales como zinc y cobre tienen una incidencia muy importante sobre el trofismo capilar.
Las vitaminas son muy importantes: la carencia de vitamina A condiciona un pelo seco, escaso, con hierqueratosis folicular lo que conlleva alopecia por falta de queratinización. Igual ocurre con el déficit de vitamina C. El complejo B especialmente el ácido pantoténico (B5) activa el ciclo piloso y produce un buen aspecto del pelo terminal. La carencia de vitamina H (biotina) condiciona atrofia del folículo piloso.
Artículo dedicado al "FOLICULO PILOSO " realizado por la revista PharmaCosmetic